Crema de verduras

Para la elaboración de la crema de verduras, podemos utilizar las verduras que deseemos, siendo recomendable utilizar las de temporada.

En este caso las elegidas son: cebolla, puerro, calabacín, zanahoria, espinaca y patata.

El primer paso a realizar será el de lavar y pelar las verduras. Pelamos la cebolla y la cortamos en rodajas que no sean muy finas ya que de lo contrario se quemarán fácilmente. 

Limpiamos y pelamos el puerro, de manera que nos quedemos con la parte blanca, que cortaremos en rodajas.

Pelamos dos dientes de ajo y los cortamos por la mitad. Le quitamos el germen (es la parte central que observaremos que tiene diferente color). De esta manera los ajos serán más digestivos.

Vertemos aceite de oliva en una cacerola y calentamos a fuego alto. Una vez caliente, añadimos los ajos, la cebolla, el puerro y un poco de sal. Removemos con una cuchara o espátula de madera y bajamos el fuego al mínimo.

Tapamos la cacerola con su correspondiente tapa y mantenemos mientras se pochan.

Mientras tanto, pelamos y cortamos los siguientes ingredientes: dos zanahorias, cortadas en rodajas medianas; el calabacín y la patata, cortadas en cubos; el brécol, en ramillete y las espinacas tal cual.

Removemos la cebolla, el puerro y los ajos de vez en cuando, cada 2-5 minutos aproximadamente para que no se peguen ni quemen. 

Destapamos la cacerola y subimos a fuego medio la temperatura, de manera que se doren tanto la cebolla como el puerro. 

Una vez están dorados, agregamos la zanahoria y el calabacín, removiendo bien.

A continuación, añadimos el brécol y las espinacas, dejando que pochen durante unos minutos.

En este momento, vertemos agua a la cacerola, de forma que cubra por completo todas las verduras. Echamos también las patatas cortadas, tapamos la cacerola y subimos el fuego al máximo, hasta que comience a hervir. 

Cuando comienza a hervir, bajamos el fuego al mínimo y dejamos que cueca lentamente durante 1 hora.

Pasada la hora, retiramos la cazuela del fuego y vertemos todos los ingredientes en un recipiente. Batimos bien hasta conseguir una crema fina.

Es importante probarla para comprobar que está bien de sal y de lo contrario, rectificar.

La crema de verduras podemos servirla caliente o fría, a nuestro gusto, echándole un chorrito de aceite de oliva una vez la hemos servido en el plato. 

Podemos acompañarla de picatostes. Para ello, cortamos pan en trozos pequeños (dados), vertemos un chorro de aceite en una sartén y una vez caliente, añadimos los dados de pan, friéndolos hasta que están dorados.

Los sacamos de la sartén y los colocamos sobre un papel de cocina para que absorba el aceite restante.

Colocamos unos cuantos picatostes sobre la crema de verduras y ya está totalmente lista para comer.