Croquetas de bacalao caseras al mas puro estilo tradicional. ¡Riquísimas!
Staff de Recetas con Gusto
Para elaborar las croquetas de bacalao, debemos poner a remojo el bacalao 24-30 horas antes para quitarle la sal. Si utilizamos bacalao fresco, este paso no es necesario.
El siguiente paso a realizar, es la bechamel. Para ello, tamizamos la harina con un colador, que nos ayudará a que no se formen grumos posteriormente.
Ponemos 750 ml de leche entera en un cazo y lo calentamos durante 4-5 minutos, sin que llegue a hervir.
En otro cazo, introducimos la mantequilla y la calentamos a fuego bajo hasta que esté derretida. En este momento añadimos la harina tamizada y mezclamos hasta que tome color dorado.
Removemos bien los ingredientes con una cuchara de palo, hasta formar una masa homogénea. En este momento, vertemos la leche caliente, un poco de sal, pimienta y nuez moscada a nuestro gusto.
Removemos constantemente con ayuda de unas varillas metálicas durante 5 minutos aproximadamente, manteniendo el cazo a fuego bajo.
Comprobaremos que está hecha cuando tengamos una masa uniforme, homogénea y sin grumos.
Una vez tenemos la bechamel, sacamos el bacalao que teníamos en remojo, lo secamos bien con papel de cocina y lo desmigamos.
En una sartén vertemos un chorro de aceite de oliva y lo calentamos a fuego medio-alto.
Pelamos una cebolla y la picamos muy finamente. Una vez el aceite está caliente, añadimos la cebolla picada y la mantenemos a fuego medio durante 10 minutos aproximadamente, hasta que comprobemos que está dorada.
En este momento, agregamos el bacalao desmigado a la sartén, comprobamos cómo está de sal, rectificamos si fuera necesario y le echamos un poco de pimienta si lo deseamos.
Removemos todos los ingredientes, dejamos en el fuego un par de minutos más y lo retiramos.
Mezclamos el contenido de la sartén con la bechamel, y lo dejamos reposar.
Para rebozar las croquetas, echamos pan rallado en un plato y en otro un huevo (o dos si fuera necesario) batido.
Cuando la masa esté fría, con ayuda de dos cucharas, echamos pegotes en el huevo y a continuación pasamos las croquetas por el pan rallado.
Es recomendable, para que queden más consistentes, dejarlas reposar durante una hora en el frigorífico.
Una vez ha pasado el tiempo, ponemos abundante aceite de oliva en una sartén y lo calentamos.
Una vez caliente, con cuidado, añadimos las croquetas y las freímos con cuidado de que no se quemen.
Podemos acompañar las croquetas con patatas fritas, verduras o una ensalada fresca.